ws 1943 lee y habre los ojos

Con este artículo no necesitaremos  comentar nada, bastara leerlo para darse cuenta de que las publicaciones de la propia wt son su más acérrimo enemigo y delata  sus ínfulas y desvaríos

 Atalaya de 1943 pág. 205

Esas expresiones de la voluntad de Dios por su Rey y a través de su agencia establecida constituyen su ley o norma de actuación para el «esclavo fiel y discreto» y para sus asociados que morarán para siempre en la tierra en el Nuevo Mundo. El Señor inhabilita instrucciones de nuestra organización y las hace más prácticas por medio de instrucción posterior a través del «esclavo fiel y discreto». Este dice: ‘asignemos el campo, el mundo, a precursores especiales, precursores regulares y compañías de testigos de Jehová de forma ordenada, suficiente para que cada uno testifique cabalmente, permítasenos colocar en cada uno la responsabilidad de cuidar por los intereses del Nuevo Mundo en sus respectivas asignaciones’.  Dice: los requisitos para los precursores especiales serán 175 horas y 50 revisitas al mes, que habrían de llevarse a cabo con un número razonable de estudios bíblicos; para los precursores regulares 150 horas y tantas revisitas y estudios bíblicos como puedan llevarse a cabo razonablemente en ese tiempo. Y a los publicadores dice: ‘permítasenos establecer una meta de 60 horas y 12 revisitas y al menos un estudio bíblico semanal para cada publicador’. Estas directrices nos vienen dadas por el Señor a través de su agencia establecida que dirige lo que se requiere de nosotros; para quienes de verdad aman al Señor y son guiados por su consejo, eso constituye un requisito de servicio razonable. Esa expresión de la voluntad del Señor debería cerrar toda controversia. Estos requisitos se han establecido para vuestro bien; para que estéis capacitados para probar vuestra integridad y engrandecer el nombre del Señor. Estas directrices procedentes del Señor nos atañen individual y colectivamente dentro de las unidades que llamamos «compañías». Casi todo el que está consagrado al Señor reconoce que una compañía requiere organización a fin de que funcione como es debido. Pero no todos entre los mismos hermanos aprecian el hecho de que, como individuos, necesitan de una organización para llevar a cabo sus responsabilidades como en el caso de una compañía. Para ilustrarlo: todos reconocen que cada compañía ha de tener asignado un territorio específico en el que testificar, pero no todos dentro de esa compañía reconocen que deben tener su asignación personal de territorio en el que efectuar la testificación, pero no todos advierten que cada uno debe tener su propio territorio asignado en el que llevar a cabo la testificación. Es absurdo que un publicador llegue a la conclusión de que puede servir al Señor de una manera apropiada sin esa asignación personal, tal como sería el caso si una compañía decidiera que puede funcionar de manera aceptable al Señor sin una asignación de territorio. Una compañía necesita una asignación de territorio y trabajar en el mismo de casa en casa, haciendo revisitas, conduciendo estudios bíblicos y, en general ayudar a la gente de buena voluntad. Han de continuar todas las modalidades de su trabajo con las revistas en esa asignación.

Lógicamente se ciñen a su ciudad y al territorio adyacente que puedan abarcar de manera apropiada. Sería la mayor necedad para ellos dejar su propia ciudad e ir a otra que está a veinte millas de distancia e intentar testificar en ella de manera habitual. Toda persona inteligente entiende que eso no sólo sería una insensatez, sino una manifiesta infidelidad hacia el Señor. Lo mismo aplica a un publicador que rehúsa la responsabilidad de aceptar una asignación personal de territorio lo más cerca posible de su propia casa. Cuanto más lejos de su casa esté su asignación menos tiempo le dedicará y tendrá mayor dificultad para dar la atención debida al territorio. En consecuencia, es una medida de infidelidad al Señor el perder de esa manera el tiempo y las energías que a él pertenecen.

Ha llegado el tiempo en el que cada uno debe llevar su propia carga delante del Señor. Con las provisiones que nos ha hecho el Señor al proporcionarnos nuevos libros, folletos con instrucciones completas para conducir un estudio, etc., no hay excusa absolutamente para nadie, hombre o mujer, para alegar que no está capacitado para aceptar una asignación personal de territorio y asumir por completo su responsabilidad para con el mismo. Quienes de verdad aman al Señor y son luchadores por el Nuevo Mundo no intentarán excusarse en este o cualquier otro asunto, sino escuchar la Palabra del Señor al decir: Permítasenos hacer así y tener siempre en mente que en el nos está incluido el Señor, quien estará con vosotros en toda tarea. Mateo 18: 20.

El Señor nos dice mediante su «esclavo fiel y discreto»:«abarquemos nuestro territorio cuatro veces en seis meses». Eso se convierte en instrucciones de nuestra organización y tiene la misma fuerza de obligación sobre nosotros que tenía el mandato del Logos al decir: «hagamos al hombre a nuestra imagen».

Es nuestro deber aceptar esta instrucción adicional y obedecerla. Pero alguien puede decir: «el caso es diferente». En el caso del Logos, él pudo llevar a cabo lo que Jehová le encomendó; pero el abarcar cuatro veces el territorio durante seis meses está fuera de lo razonable. Jamás lo hemos podido abarcar más de una o, como mucho, dos veces en ese período. Es imposible hacerlo.» Todos hemos oído antes esa argumentación. Y si fuera cierto, parecería inadecuado y supondría que el Señor nos está pidiendo hacer algo que es imposible. Los niños de Israel caminaron siete veces alrededor de Jericó el último día.

El territorio que actualmente se cubre una o dos veces en seis meses podría cubrirse fácilmente cuatro o seis veces en ese mismo período si cada uno tomara seriamente susresponsabilidades del Reino. Eso no es mera teoría, sino hechos basados en cifras obtenidas de un número de compañías en los pasados seis meses.

  Hacer eso puede significar obtener tiempo y esfuerzo que ahora se dedica a los intereses del «viejo mundo» y dedicarlo a los intereses del Nuevo Mundo, que son los de Dios y permanecerán para siempre. Las palabras del apóstol Pedro apuntan en ese sentido: «Puesto que todas estas cosas así han de ser disueltas, ¡qué clase de personas deben ser ustedes en actos santos de conducta y hechos de devoción piadosa! (2 Pedro 3:11.). Antes de un progreso real que deba hacerse en el incremento de nuestra actividad, cada uno debe darse cuenta de que estas llamadas a la acción provienen del Señor y les afecta completamente.

El nuevo Gobierno del Mundo tiene 29 años. Por consiguiente debería ser expuesto a consideración de las personas en todo tiempo mediante llamadas a sus casas y hablarles en cuanto a eso, haciendo revisitas y conduciendo estudios bíblicos con ellos, trabajando territorio de negocios y llamándoles en sus oficinas. Se les ha de testificar en la calle con nuestras revistas, presentando el mensaje del Nuevo Mundo. No importa a donde vaya, la gente ha de tener siempre ante sí la evidencia de que el Gobierno del Nuevo Mundo ha empezado a funcionar.

Yo tenía solamente 21 años cuando apareció esa información. Aún así, al revisar ahora ese material, me pregunto cómo yo y la inmensa mayoría de los testigos de Jehová pudo leer aseveraciones tan arrogantes y no sentir repulsa o, cuando menos, pensar seriamente en cuanto a la actitud desarrollada en nosotros. Al menos una persona lo hizo. El volumen de los números de 1943 de la Atalaya que tengo a disposición perteneció a un hombre que comenzó a asociarse con la organización en 1910 y continuó esa asociación por setenta años hasta 1981. Mirando el artículo antes mencionado encontré un papelito que había colocado sobre el mismo. Es el que se reproduce:

 

Comentario material de Raymond Franz según aparece en el libro “Libertad cristiana”

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