Nací en el seno de una familia de Testigos de Jehová, viví mi niñez y adolescencia típica de una Testigo, de pequeña me llevaban a predicar y a las reuniones. Con a penas 6 años ya hice mi primera asignación y así hasta llegar al bautismo a los 16 años porque era lo que se esperaba de mí como hija de anciano en aquel momento.

Una de las cosas que más me ha marcado es que de cara a las reuniones y a la organización se fomentaban unas cualidades que muchas veces en casa no veía. A pesar de que mi padre era anciano tenía un carácter sin autodominio, muchas veces sentía vergüenza ajena cuando se subía a la plataforma sabiendo que en casa era distinto.

 

Pero vayamos al grano: Siempre me he sentido como la oveja negra de mi familia. Nunca me sentí una persona “espiritual”, nunca sentí “vivir la verdad”

 ¿Por qué digo esto? Tengo primos jóvenes ya ancianos, betelitas, precursores,… Tíos con nombramiento de anciano de “renombre”, precursores especiales,… os podéis imaginar y yo en medio del meollo. Como si de una familia “real” se tratase ya se supone que has de seguir el ritmo de ellos.

 

Si hasta hace relativamente poco he pertenecido a la Organización, es porque pensaba que esa era la verdad. Yo no era de las personas que pensaba que “si esta no es la verdad es en el mejor sitio que podemos estar”. Aparte del miedo que he tenido del Armagedón, con sobresaltos e infinitas pesadillas, el motivo por el que apoyaba a esta organización era por que creía que las profecías se cumplían. Recuerdo cuando era más pequeña en las escaleras de casa pensaba… “si, esta tiene que ser la verdad” y pensaba en ese texto que habla de los últimos días.

 

Pero ¿que paso para que despertara? Lo que pasó fue un desgaste que se ha ido produciendo a lo largo de mi vida. Como mencione antes, yo no me consideraba una persona “espiritual” o fanática de esa religión y con un padre estricto… ¿pensáis que iba a buscarme a alguien así como futuro marido? La respuesta es evidente. De hecho nunca me relacione con gente así dentro de la congregación.

 

Pues bien, conocí a mi actual pareja y como se supone que lo que es correcto es que saliéramos en grupo y conocernos entre nosotros primero antes de “hacerlo oficial” pues así lo intentamos hacer. Pero esas ilusiones se vieron frustradas pronto. Como jóvenes utilizamos la famosa herramienta de “Messenger” que uno también puede adjuntar fotos. Parece ser que un familiar mío (no era la primera vez que hacía algo así conmigo) entro con el Messenger de su hijo, en aquel entonces este dato lo desconocíamos, y “cogió” o más bien “robo” unas fotos en las que salíamos mi pareja y yo, este fue a mi padre a intentar enseñarle las fotos. De ahí os podéis imaginar que pasó. ¿Hace falta que diga que este familiar sigue gozando actualmente del nombramiento de anciano presidente?...

Pero la cosa se complico aun más. Mi pareja no estaba bautizada. En aquel entonces el anciano que le hacía el estudio le animo a bautizarse en la próxima asamblea, pero como para esta quedaba poco tiempo, prefirió prepararse bien las preguntas. Cuantas veces maldecimos aquella oportunidad ¿Por qué? Desde aquella asamblea pasó más de un año y medio hasta su bautismo. Un año y medio de suplicio con este familiar que lanzó mentiras y calumnias para intentar separarnos. A mis padres les decía lo poco “espiritual” él, y su madre le decía “mi sobrina esta muy floja en la verdad, mejor que no estén juntos”. Tras persistir y sufrir lo que nadie se puede imaginar la clase de humillaciones por las que hemos pasado, por fin se pudo bautizar. Tanto era el desprecio por parte de estos familiares, que sabiendo que estábamos juntos, no lo invitó a la boda de su hijo haciéndome en ella otra humillación que ya no voy a mencionar.

A todos estos problemas, todos se lavaron las manos. Tras gozar de unos meses de relativa tranquilidad con planes de boda y fecha… empezó a surgir otros problemas. A la misma vez que sucedían estas cosas, mi padre entró en una fuerte depresión con varios ingresos y tratamientos psicológicos (actualmente se sigue desconociendo exactamente en motivo de esta depresión) esto lo llevó a renunciar a su nombramiento de anciano y lo llevó algunos meses inactivo, pero sin embargo seguía activo en su trabajo, lo cual muchas veces me ha hecho pensar si el conoció en algún momento la “otra verdad” (esto es solo una teoría personal). Con esta nueva situación familiar, mis padres tomaron la decisión de cambiarse de congregación para cambiar de aires. Pero yo y mi pareja nos quedamos.

 

Dado que mi padre mismo ha reconocido en muchas ocasiones que es una persona que le gusta tenerlo todo controlado, ¿como no me iba a controlar a mi? Se puso de acuerdo con un anciano muy amigo suyo para que cada semana entre ellos se llamaran para hablarle de lo que hacíamos o dejábamos de hacer en la reunión y eso era algo que me molestaba muchísimo. Las primeras semanas los comentarios eran buenos. Pero luego este señor anciano empezó a distorsionar la verdad y a contar las cosas a su manera. Este señor dijo, que nosotros no nos relacionábamos con los “hermanos” cuando eso era mentira, que no íbamos a las reuniones “extra” que hacían los “hermanos” en el campo (como si eso fuera obligatorio también), se quejaba de que mi novio llegaba tarde a las reuniones (por motivos del trabajo) en vez de valorar que a pesar que trabajaba fuera de la ciudad venia, que si llegábamos tarde a las reuniones, etc.

 

Todos estas habladurías ya empezaban a sobrepasarme, no estaba dispuesta a soportar otro complot, no estaba dispuesta a que valorasen a las personas por si “lleva las barras en la reunión” en vez de mirar cómo es, y si esa persona me va a hacer feliz. Estaba cansada de todo aquel comportamiento protocolario y anti-humano. Antes de contar el fatal desenlace, ahora viene una parte muy importante, una parte clave que me llevo a tomar unas decisiones.

 

Yo siempre he tenido dudas, siempre me he cuestionado cosas, pero eran cuestiones que gritaban muy dentro de mi ¿es esta la verdad? En ese mismo año con un “hermano” universitario dijo en una conversación “¿sabíais que los testigos de Jehová vienen de los adventistas?” aquella pregunta se me quedo grabada en la mente. Llevaba semanas queriendo resolver eso por mi misma, y con todo lo que estaba pasando con aquel desgaste que tenía cada día mas y mas, decidí poner “testigos de Jehová” en el google. Me dirigí a una página donde decía que estaba vinculada a la ONU. Enseguida la quite, pensando… “no, no es verdad” y como testigo que era hice oración pidiendo perdón. Pasaron varios días y poco a poco fui descubriendo cosas. Siempre pensaba que eso no podía ser verdad, pero me dije en vez de limitarme a ello, voy a contrastarlo con la literatura. Buscaba literatura antigua que tenían almacenada para verlo con mis propios ojos.

 

Volviendo al caso, yo sabía que como siguieran llamándose y distorsionando la verdad a su manera iba a terminar muy mal. Este anciano no tenía un hijo esplendido que digamos, a pesar de que tenía privilegios, se le conocía por haber tenido flirteos con una “hermanita” casi 10 años menor que el. Vamos… le gustaba ir de flor en flor y salir a bailar por la noche. Yo teniendo una edad adulta debía estar en casa a una hora estrictamente SIEMPRE. Yo realmente me moría de ganas por salir también (como los demás jóvenes Testigos) como yo no podía, le decía a mi pareja que saliera con ellos (nuestros amigos).

 

En una de estas idas y venidas, el hijo del anciano se encontró con mi pareja en una zona muy concurrida de discotecas. A todo esto decir que ambos iban con compañías no testigos, el hijo del anciano con una chica no testigo, con mini falda y medias de rejilla. Mi pareja con unos ex compañeros del instituto. Como imagináis, la noticia salto, pero salto de la forma más rastrera que os podáis imaginar.

 

¿No se supone que si cometes “una falta” no ha de salir del circulo de ancianos? Atentos! Vino la mujer del anciano a preguntarme si sabía que mi novio havia ido a “tal sitio”. Yo sorprendida dije: “esto a que viene”. La mujer justifico que como me vio sorprendida supuso que no sabía nada y que el me engañaba. Toda esta pompa y más se involucraron todos.  Menos hablar y mas zanjar los asuntos como se suponía que pone en la Biblia. El hijo del anciano salió inmune, nadie quería saber nada de que si el fue a “bailar” o magrearse con una “chica del mundo”. Ahí lo que importaba es que mi pareja y yo no estuviéramos juntos, por que siendo yo la hija de… y de la familia de… había que hacerle ver “ a la niña” que ese chico no.

 

Sabiendo que estaba sufriendo una manipulación doble, por parte de la organización, sabiendo ya, buena parte de la otra verdad que no te cuentan; y por parte de familia etc, para que nos dejaran en paz, por que llegó un momento en que la presión era muy fuerte, decidimos fingir una ruptura. Cuando se lo comunique a mi padre, le vi una ligera sonrisa en la cara y rápidamente empezó hacer planes como si por fin se hubiera librado de “el”, planes como que me cambiara a la congregación con ellos, que nos fuéramos de vacaciones toda la familia, que me juntara con “pepita la iluminada”…

 

Tenía un sentimiento, tenía algo de mi que quería salir, necesitaba liberarme como persona, físicamente y mentalmente. Decidí no salir de casa en unos días, aquellos días fueron terribles, discusiones con mi padre, con mi madre, aquel anciano tuvo la desfachatez de presentarse en casa y tuvo la cara de decir sabiendo todo el daño que había hecho que el no tenía nada de lo que arrepentirse. Desde aquellos días no he asistido más a una reunión.

 

La primera vez que salí de casa fue acompañada de mi madre ya que estaba muy controlada. Pude quedarme sola unos minutos y aproveche para llamar a una inmobiliaria ya que había ido a visitar un piso de alquiler, le dije que me lo dieran lo antes posible, en pocos días me dieron las llaves y me fui de casa. Mis padres no pusieron resistencia, ya que días antes mi padre me dijo que si no quería estar en casa que me fuera, que el no aguantaba “mis tonterías” que si no cambiaba en dos semanas que iba a imponer sus normas porque era su casa.

 

Fue una liberación tan grande salir de mi casa!!

 

Aun hay más! Hay un detalle que no he contado. Trabajaba en la empresa familiar de mi padre, el primer fin de semana de estar fuera de casa tuvimos una discusión muy fuerte con mis padres, mi novio también se involucró, con insultos y amenazas por parte de mi padre a mi novio. Mi padre me mandó un SMS diciéndome que volviera a Jehová y al día siguiente me pegó una paliza, mi madre la presenció, yo gritaba que llamase a la policía, ella no llamó a la policía. Este asunto llegó a oídos de los ancianos. ¡Estos no hicieron nada! Nadie hizo nada. Yo aquel mismo día fui al medico con moratones y estuve unos días con dolores musculares y una cicatriz que por desgracia me ha quedado. Fui al medico para tener constancia de que lo que cuento es verdad. Los médicos me dijeron cuales eran mis derechos y que mi deber era informar a la policía.

 

¿Mi madre que hizo? Siempre ha defendido hasta el día de hoy la agresión de mi padre. Me dijo que en el fondo me lo merecía, y que de lo que pasó que no se me ocurriera contarlo a nadie.

 

A día de hoy, tengo una relación con ellos muy superficial, en realidad la que tuve siempre con ellos, mis padres siguen persistiendo con la religión para que vuelva a pesar de que yo les he explicado cual es mi posición.

 

Ahora me siento una persona feliz y realizada y lo más importante libre y dueña de mi vida.

Testimonio de J. M.

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