Gemidos desde el interior de la secta

A continuación reproducimos la carta de una madre Testigo de Jehová según la envió a Betel y tal como ella misma nos la ha hecho llegar.

Ella nos ha pedido que la publiquemos y solo se han eliminado los datos personales por razones obvias.

S 20/8/2013 La razón por la cual me dirijo a ti es porque habiendo disfrutado de mi asamblea de distrito, observo que el sábado por la tarde se toca un tema muy delicado. En su parte: (La verdad no trae “paz sino espada”) hemos tenido que soportar y hacer nuestra como tantas y tan reiteradamente, la palabra “malhechor” refiriéndose a los hermanos expulsados y como extensión a nuestros hijos. Hace poco tiempo hemos sufrido la expulsión de un hijo, un siervo de Dios, ejemplo en todo su vivir durante más de 30 años y que por cuestiones que no vienen al caso, tuvo que darle un giro a su vida con las consecuencias dramáticas de ser expulsado, (esto no ha sido un juego ni un encaprichamiento lo cual está demostrando y dirigiendo sus pasos con sensatez como siempre lo ha hecho). Pero me reitero en el calificativo expresado por parte del discursante: ”malhechor”. En la RAE la palabra “malhechor/a” (se aplica a la persona que comete de forma “habitual” robos y otros delitos, maleante, etc., etc.), y ésta es mi desazón. Al salir de la asamblea, oigo a un hermano comentar a otro el adulterio que se ha producido en su congregación durante 4 años, dos matrimonios “enredados,” saliendo a la luz el caso y siendo expulsados como cabe esperar. Cuando en el tema desarrollado en la asamblea se dice que la disciplina que impone Jehová es “expulsar al malhechor,” acepto que el “practicante” del pecado como es el caso expuesto se le considere un malhechor indudablemente, han estado cometiendo adulterio durante 4 años, han estado engañando a sus respectivas parejas, imperdonable bajo el punto de vista cristiano como no, pero cuando se trata de una persona que ha tomado la decisión que considera necesaria para seguir “viviendo” y que previamente le expone a su pareja el camino que va a seguir, y que dicho sea de paso (hasta ahí, no ha habido pecado alguno), no se le puede meter en el mismo saco de aquel otro “malhechor” impenitente. No es un asiduo practicante del pecado o delito. Decía el hermano discursante que es normal que los padres estemos contristados por la situación, pero como no vamos a estarlo hermano si debido a la expulsión de nuestro ser querido, nos vemos sometidos y expuestos a una constante crítica negativa y en mi caso destructiva por parte de los hermanos de la localidad, los cuales no sabiendo absolutamente nada, sino que dejándose llevar por los comentarios de otros, te hacen escarnio. Como no vamos a estar contristados si no hay información o atalaya que no se trate el tema de los «expulsados», no hay asamblea que no se nos recuerde el tema de los «expulsados». Sin ir más lejos en el estudio de congregación de Jeremías en su pag. 138/9 se machaca nuestra mente y corazón al citar tres veces la palabra «malhechores» y otras tres veces la palabra «expulsados», y en atalaya del 15 de mayo 2013 (protejamos nuestra herencia tomando buenas decisiones) pag, 29 parr.13 volvemos al tema, sinceramente hermano, lo veo excesivo y obsesivo. Nuestro hijo siempre ha sido un ejemplo de entrega, abnegación, responsable, muy querido y respetado en la congregación por todo su derrotero y vivir diario, pero verdaderamente te digo hermano, que es tal la presión, tensión y desgaste a la que nos vemos sometidos tanto padres como allegados, que cuando nuestro hijo sea restablecido, nadie, nadie podrá borrar el dolor por el que ahora estamos pasando debido a tanta repetición en la literatura que semana tras semana se viene desarrollando. Ni que decir tiene que además he tenido que soportar el comentario directo de un anciano recién llegado a mi congregación el cual sin conocer a mi hijo ni tener conocimiento de los hechos, se atreve a juzgarle con comentarios destructivos. Esto lo considero un verdadero escarnio, y es normal que ciertos pastores actúen así, habida cuenta que algunos no necesitan ponerse alas para enseñorearse en la congregación debido a que se aplican directamente el papel de “jueces espirituales” como bien se les dice que son, según libro de Jeremías pag. 138 parr, 19. ¿Es preciso pasar por todo esto? ¿lo aprueba Jehová? Me preguntarás hermano que tiene que ver mi problema contigo. La verdad es que no mucho, solo deseo que este sentir mío y el de otros padres que viven mi situación y en nombre de muchos de ellos hablo, sea estudiado, las secuelas que nos deja esta situación en todos los implicados son imposibles de mitigar. Es tal la disciplina que tenemos que vivir ante la ausencia de nuestros hijos, que consideramos que la vida nos los han arrebatado pues no les vemos, no les oímos, no podemos hacer nada de nada, es desgarrador, que Jehová juzgue, pues al día de hoy son los psiquiatras los que de alguna manera intentan paliar nuestra y mi, situación. En 1ª Cor.6:9.10 se nos da un listado de “practicas” que llevan a la expulsión, pero cuando es el caso que no es una práctica, el caso debería estudiarse de otro modo y me reitero, no meter en el mismo saco a todos. Son lamentablemente miles de expulsados cada año por diferentes causas, pero me pregunto hermano, si las pautas, criterios y formas como estamos dirigiendo este tema, son las más apropiadas, pues el número va en aumento, y lamentablemente por la denigrante forma como se trata en algunos casos a los implicados y por la falta de amor con que se atienden algunos casos (como ha sido el nuestro, más bien que facilitar las cosas, las empeoramos, con el resultado final que si un mismo anciano por erigirse “juez” condena verbalmente a tu propio hijo, el dolor, impotencia, tristeza y amargura socava nuestras vidas con un final calamitoso para muchos cuya renuncia a la verdad toca nuestros corazones como un goteo continuo. Mi más esperanzador deseo es que este escrito no sea tirado a la papelera sino que sea leído y ya desearía, considerado. Sería una satisfacción para mí ponerme en contacto contigo en unos días, si estás de vacaciones te llamaría en Sept, hay muchos detalles que deberías y se deberían saber (sobre todo la mala gestión que como cuerpo de ancianos se ha llevado en este caso, la persecución de madrugada a la que se ha sometido al implicado para averiguar detalles, etc,) que dolor como padres saber estas cosas, hay mucho y que no cuento por no explayarme más. Considero que se han cebado con él. Espero tu atención. Un saludo.

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